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Una de las objeciones más comunes hacia los que decimos que la Sede de Pedro está vacante formalmente desde la muerte de Pío XII, consiste en afirmar que la visibilidad de la Iglesia demanda que hoy haya papa y jerarquía. Ellos entienden que de no haber un papa y una jerarquía en acto, la Iglesia misma dejaría de ser visible.
No es mi intención escribir una réplica de nivel académico. Esto es un blog. Pero sí querría hacer saber a los lectores cuál es la respuesta que ofrecemos a esa objeción.
Algunas aclaraciones previas.
En primer lugar, la visibilidad de la Iglesia no se salva con un papa y una jerarquía heréticos. ¡Todo lo contrario! Nada destruiría más la visibilidad de la Iglesia que la posibilidad de tener un papa y su jerarquía enseñando el error de manera universal.
En segundo lugar, hay que recordar que la Iglesia Católica es un ente moral, no un ente físico. Para que un ente físico sea visible, es necesario que éste conste de cuerpo físico. Sin embargo, un ente moral sólo puede tener visibilidad moral. Esta distinción es importante. Recordemos también que la Iglesia Católica es el Cuerpo Místico de Cristo. Todo esto se dice de manera analógica.
En tercer lugar, la Iglesia nos ha dado la pauta para entender la cuestión de la visibilidad. La Iglesia Católica es visible y reconocible por las notas que posee y que la distinguen de las demás sociedades religiosas. Estas notas son: unidad, santidad, catolicidad y apostolicidad.
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Ahora voy a enumerar los puntos de nuestra respuesta.
1) La Iglesia Católica no puede cambiar en sus constitutivos esenciales.
2) El Concilio Vaticano II enseña una nueva religión, por lo tanto no es ni representa a la Iglesia Católica.
3) La Sede de Pedro se encuentra materialmente ocupada, pues los cardenales han elegido a Jorge Bergoglio.
4) La Sede de Pedro se encuentra formalmente vacante, pues el designado Bergoglio pone un obstáculo voluntario a la autoridad (el obstáculo es su intención de enseñar las doctrinas heréticas del Vaticano II a la Iglesia universal).
5) La apostolicidad de la Iglesia depende de la sucesión apostólica de la Sede de Pedro.
6) La apostolicidad de la Iglesia (de lo que depende la visibilidad) está intacta, pues la Iglesia no ha perdido el poder para designar sucesores de Pedro.
7) La sede-vacancia formal de la Sede de Pedro de ninguna manera cambia la naturaleza de la Iglesia.
8) La visibilidad de la Iglesia no está perjudicada, pues la vacancia formal de la Sede de Pedro no altera ninguna de las notas de la Iglesia.
9) ¿Dónde está la Iglesia? Si consideramos a la Iglesia como una congregatio fidelium (congregación de los fieles), ésta se encuentra en los fieles católicos que rechazan la nueva religión del Vaticano II y la jerarquía modernista. Si consideramos solamente la estructura material/legal, este elemento está en manos de los usurpadores modernistas. El elemento formal (autoridad) se encuentra hoy en Cristo, como sucede cada vez que la Sede está vacante. Recordemos que la Iglesia es un ente moral.
10) Los cardenales pueden preservar el poder de designación no obstante su herejía, pues la facultad de elección es esencialmente diferente a la facultad de jurisdicción. Sólo un acto legal puede quitarles el poder de designación.
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La respuesta a la objeción de la visibilidad es simple. La Iglesia sigue siendo visible por más que no haya un papa por muchos años. La clave es no reducir la visibilidad de la Iglesia a la manera en que ésta se encontraba bajo el Papa Pío XII. Por supuesto que el estado actual de la Iglesia es imperfecto, ¡no tenemos papa! Pero de allí a concluir que la Iglesia ha desaparecido, hay un trecho bien grande.
Cristo no prometió perpetuos papas, sino un papado perpetuo. En los cientos de veces que la Sede estuvo vacante, el papado no sufrió en lo más mínimo. En resumen: mientras haya electores del sucesor de Pedro, habrá sucesores de Pedro. Pero la visibilidad de la Iglesia depende de que haya sucesores de Pedro. Luego, mientras haya electores del sucesor de Pedro, quedará preservada la visibilidad.
Gracias, Padre, por aclarar estos puntos muy importantes. Usted es la luz en las tinieblas.