Importancia y necesidad de la meditación

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Religioso meditando sobre la muerte.

Leer antes: La oración y Segundo grado de oración: la meditación

La meditación es de lo más conveniente para la salvación y absolutamente imprescindible para emprender seriamente el camino de la propia santificación.

a) Es de lo más conveniente para la salvación.—La inmensa mayoría de los que viven habitualmente en pecado es porque no reflexionan. “Toda la tierra es desolación por no haber quien recapacite en su corazón” dijo el Profeta Jeremías (Ier. 12, 11). No es necesario declararse enemigo de Dios para entrar en la categoría de pecador habitual. Es suficiente dejarse llevar por el naturalismo práctico, es decir, vivir como si Dios no existiera o como si sus Mandamientos no aplicaran a la vida real. De este modo, el hombre se entrega con desenfreno a las actividades puramente naturales y se olvida de los grandes intereses de su alma. La lógica consecuencia es terminar esclavo de las pasiones y apetitos desordenados. ¡Cuánta sabiduría por parte de la Iglesia en promover los ejercicios espirituales anuales! Hoy esta práctica ha casi desaparecido. Mas incluso si uno tuviese la posibilidad de asistir a dichos retiros, de poco servirían si no se practica la oración mental diaria. San Alfonso dice que la oración mental es incompatible con el pecado. Con los demás ejercicios de piedad puede el alma seguir viviendo en pecado, pero con la oración mental bien hecha no podrá permanecer en él mucho tiempo: o dejará la oración o dejará el pecado. Por eso decimos que la meditación es de lo más conveniente para la salvación.

b) Es absolutamente imprescindible para el alma que aspire a santificarse.—La experiencia confirma con toda certeza y evidencia que nada absolutamente puede suplir a la vida de oración, ni siquiera la recepción diaria de los Santos Sacramentos. Son legión las almas que comulgan y los sacerdotes que celebran la santa misa diariamente y que llevan, sin embargo, una vida espiritual mediocre y enfermiza. La explicación no es otra que la falta de oración mental, ya sea porque la omiten totalmente o porque la hacen de manera tan imperfecta y rutinaria, que casi equivale a su omisión. Vale la pena insistir: sin oración, sin mucha oración, es imposible llegar a la perfección cristiana, cualquiera que sea nuestro estado de vida o las ocupaciones a que nos dediquemos.

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En nuestro siguiente post, diremos algunas palabras sobre el método de la meditación.

Un comentario en «Importancia y necesidad de la meditación»

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