Una vez más, agradecemos el esfuerzo de nuestro amigo Patricio Shaw, quien tradujo esta excepcional obrita del francés al castellano. Para leer y compartir.
El Dogma, Fuente de Unidad y Santidad en la Iglesia, por E. A. de Poulpiquet O.P.
Una vez más, agradecemos el esfuerzo de nuestro amigo Patricio Shaw, quien tradujo esta excepcional obrita del francés al castellano. Para leer y compartir.
El Dogma, Fuente de Unidad y Santidad en la Iglesia, por E. A. de Poulpiquet O.P.
[Traducción]
Para leer el artículo original en inglés: hacer clic aquí.
Respuesta a Mons. Williamson sobre la asistencia a la Nueva Misa
Por Mons. Donald J. Sanborn
El 28 de junio de este año, Mons. Williamson dio una conferencia a un grupo de personas en Connecticut, seguida de preguntas y respuestas. [1]
Una señora le preguntó si estaba permitido asistir a la Nueva Misa. [2] Mons. Williamson respondió que, en determinadas circunstancias, podía permitirse participar activamente en la Nueva Misa.
Prima Sedes a nemine judicatur, se traduce: La Sede primera (Roma) no es juzgada por nadie, o, lo que es lo mismo: nadie juzga al Papa.
* * *
Una de las objeciones más comunes hacia los que decimos que la Sede de Pedro está vacante formalmente desde la muerte de Pío XII, consiste en afirmar que la visibilidad de la Iglesia demanda que hoy haya papa y jerarquía. Ellos entienden que de no haber un papa y una jerarquía en acto, la Iglesia misma dejaría de ser visible.
Hacemos nuestra la declaración del Instituto “Mater Boni Consilii” sobre la reciente consagración episcopal de Mons. Jean-Michel Faure.
“Deo parere libertas est”. Seneca, De vita Beata, XV, 7.
Se ha hecho célebre la idea de ver como opuestas las enseñanzas de Jorge Bergoglio y aquellas de sus predecesores. Y por predecesores me refiero a Juan XXIII en adelante. Pareciera que el Magisterio de la Iglesia comenzó con el Concilio Vaticano II y llegó a su término con Joseph Ratzinger. Un clima airado y hasta cercano al cisma reina en el círculo pseudotradicionalista, pues Bergoglio no desea favorecer la continuidad sino la ruptura. Continuidad predicaba Ratzinger, con una hermenéutica harto falaz, pero lo suficientemente elaborada como para satisfacer a los amantes de la Misa en latín.
Hoy nadie se sorprende si llamamos hereje a Bergoglio. Es demasiado obvio. Pero es necesario insistir en que la ruptura real sucedió hace más de cincuenta años. Es necesario proclamar a viva voz que el Concilio Vaticano II enseñó una religión falsa y que Jorge Bergoglio, si en algo se diferencia de sus predecesores modernistas, es en el hecho de ser más honesto, directo y lógico en la aplicación de los principios heréticos del Vaticano II.
Son cuatro las herejías más evidentes del pseudoconcilio: la libertad religiosa, el ecumenismo, la colegialidad y el subsistit in (error eclesiológico según el cual la Iglesia de Cristo y la Iglesia Católica no poseen identidad absoluta).
El presente artículo sólo trata de la libertad religiosa.
Nos tomamos la libertad de reproducir una antología de errores de Jorge Bergoglio, recientemente publicada en el excelente blog católico Novus Ordo Watch.
Para descargar el documento en formato PDF, haga clic AQUÍ.
Agradecemos también a Miles Christi, quien ha recopilado los errores del falso papa.
No estaríamos exagerando al decir que el peor de los males en materia religiosa es la indiferencia.
El fiel católico tiene ante sí dos caminos, uno está pavimentado, iluminado y muy bien adornado. El otro es de tierra, repleto de espinas y pedregoso. El primer camino consiste en reconocer a Francisco como legítimo papa, lo cual lleva, lógicamente, a la aceptación de la nueva religión del Concilio Vaticano II. El segundo camino consiste en mantener la religión Católica íntegra e intacta, es decir, libre de los errores del Concilio, lo cual lleva, lógicamente, a rechazar la legitimidad del papado de Francisco (1). Dos caminos, sí, pero no un mismo destino. Sigue leyendo